En la cultura romana no existió un único tipo de casa, ésta variaba en función de la riqueza.
Así encontramos:
- Villae: Grandes y lujosos terrenos con jardines, fuentes y dependencias exquisitamente decoradas. Pertenecientes a senadores y hombres ricos.
- Insulae: Viviendas plurifamiliares. Consistían en edificios con balcones y ventanas al exterior. Eran casas estrechas, poco confortables, carentes de agua caliente o retrete. En ellas vivían las clases populares.
- Domus: Construcciones de planta rectangular, con tres zonas principales: la entrada, el cuerpo central y el jardín. Era la residencia de los ciudadanos ricos.
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